Duelos de habitación
psic. guadalupe hernández
equipo cognipsique
Recuerdo esa cruel habitación, fue dentro de ella que descubrí mi dura realidad, mi ser amado se había ido para siempre, el dolor fue indescriptible pero lo cierto es que desde entonces no se ha ido por completo, el tiempo ha pasado pero el mío se detuvo.
Trato de seguir, pero sigo ahí encerrado, el mundo parece avanzar sin problema para los demás, en cambio el mío se ha quedado callado, he muerto pero camino, soy un zombie andante pero en apariencia vivo, soy un fantasma que come y tiene cuerpo.
Entonces, en medio de este penar me desespero, ¡debo continuar!, me digo, pero las lágrimas salen, ¡debo ser feliz!, insisto, pero algo en mi interior se rompe, ¡debo vivir!, grito. El llanto desgarrador me quiebra finalmente, al mismo tiempo que digo en voz baja, te extraño.
Me coloco en cuclillas derrotado, el llanto se ha apoderado de mí nuevamente, no hay marcha atrás soy presa de ella, ¡pobre alma mía que necesita de este silencio, tal vez deba entender que las lágrimas son las aliadas que me acompañan en esta habitación interna dónde el duelo vive como reflejo de aquella otra que me enseñó que mi vida no sería la misma sin ti.
La ausencia quema, hiere y calcina, pero debo soltarte de mi necesidad a que estés aquí, siempre tendrás un lugar en mis recuerdos.
Lo siento por no saber vivir el momento, por confiarme como si siempre fueras a estar aquí, así que te digo nuevamente, lo siento, estoy aprendiendo a vivir sin ti.
Frente al desconocido
psic. guadalupe Hernández
equipo cognipsique
A través de este silencio, te llamo.
Tal vez no lo sepas, pero me duele que te duela.
He visto cuánto luchas por estar bien y sentir que todo se viene abajo.
He mirado a través de ti, tus esfuerzos por buscar la felicidad y contemplar la misma tristeza, el mismo vacío.
Tal vez no lo sepas, tal vez te niegues a saberlo, pero es necesario que llores, esta bien no estar bien.
No tenemos que fingir lo que no somos en este momento.
Es cansado pretender y luego darte cuenta de que actuamos frente a los demás para al final pasar desapercibidos.
¿Por qué nos esforzamos tanto por mantener una apariencia si los demás no le toman la importancia debida?
¿Por qué tenemos que hacernos daño sobre pensando las cosas?, ¿Por qué cargar con culpas que no nos tocan?
¿Por qué no simplemente llorar sin la ayuda del alcohol o de excusas sin sentido?
Podemos soltar las lágrimas así sin anestesia y duele más pero también se aprende más y el alivio es más rápido sin los efectos adversos de la cruda.
¿Entonces por qué nos engañamos?, me gustaría que ni tú ni yo nos engañáramos, somos demasiado valiosos como para mentirnos de esta forma.
¿Sabes qué es lo más curioso?, esta es la primera vez que hablamos de verdad, que decimos lo que tenemos dentro.
Te reconozco eso, nunca pensé que al hablar contigo, encontraría a una persona detrás de una máscara que nos volvía ajenos.
Me da gusto saber que hay alguien humano detrás de todo esto, no necesitas ser perfecto, sólo necesitas ser tú y con eso me basta.
Luego me vi en el espejo y supe que ese que hablaba frente al desconocido, era yo.